Cuando uno cree que termino de recoger todos los restos de vasos que con curiosa y endemoniada casualidad se esconden debajo del refrigerador, plaf! Se rompe otro y otro, cuando pensé en dejar de llorar para solamente reír me di cuenta que ya estaba seco, seco de risas, de besos y de llanto, soy un otoño, quizás más, soy un desierto en pleno invierno, la lluvia recorre mi cara por los secos senderos que alguna vez dejaron nuestras lagrimas, las grietas en mi rostro absorben el agua y la sal como si curtiera un viejo cuero, como abandonar este pellejo, como volver a creer en mis manos, en mi abrazo, como volver a soñar sin decir tu nombre, sin despertar en la madrugada lleno de angustia buscando algo calido en el lado frío de la cama, como sacarme este rencor, este odio y esta culpa, como abandonar el cuerpo a cambio de una nueva forma de ver las hojas, la luna, las manos y los besos, como alimentar los días sin tu aliento en mi cuello, no quiero elegir entre vivir con tu fantasma y no vivir sin el recuerdo de tus besos que me embriagan, es que simplemente si no estas…yo ya no quiero seguir soñando.
