lunes, julio 23, 2007

Llueve


Llueve la magia de las cosas,
Llueven recuerdos que me ahogan
Lleven niños sin casas
Llueven las manos heladas,
Se mojan los zapatos
Se abren los paraguas.
Se cierran las ventanas
Llueven las cosas
Las cosas que pasan
Y que se las lleva el agua.

viernes, julio 06, 2007

Impar.


Tres platos, dos cucharas, dos zapatos, tres corbatas, cuatro camisas, tres chaquetas, dos tazas, un tenedor, la tercera persona del plural…creo que debo confesar desde ya, que soy impar.

Mi funeral.


Siete crisantemos en mi funeral, tres camisas blancas recién planchadas dentro del ataúd, por si me hicieran trabajar, mujeres de rojo, azul y blanco, llorando sin compasión, Andrés y Joaquín recitando algo juntos para mi, doce botellas de Habana…por si despierto, un lápiz y una hoja para dibujar a la oscuridad, un epitafio anecdotario, un notario para que se haga cargo de los tramites de mierda, sermón de amigos inventados, esposas desechas por falta de una noche de bodas, un vaso con agua bendita por si se le ocurre al diablo ir a mi rescate, un par de largos clavos por si me tuviera que hacer escuchar…y la inevitable búsqueda de tu perdón.

Sabina!


Un par de pasos más y llegaba. ¡Anímate a seguir!, ¡no te rindas Ahora! Gritaban todos al verme pasar esporádicamente frente a ellos, aún así, se las arreglaban para tener un momento con el cual me pudieran gritar mirándome a los ojos ¡Tú, puedes!
¿Qué hace un hombre, cuando un vaso le gana en precio? Estas palabras ya pasadas, me volvían a cuestionar, palabras que se clavaban exigiendo repuestas, que buscaban un espacio libre donde poner la estocada entre sus gritos.
Y tú me gritabas muy despacio, parecía ser conciente, la mueca y el modo de modular cada letra, con la que me golpeabas la cara, como una cortante bofetada.
Tengo la calma de aquellos a quienes nadie espera…frases ya escritas volvían salir desde mi lápiz, por un momento pensé que mi vida pasaba por mis ojos mientras Sabina me invitaba a dejar pasar las horas.