lunes, junio 30, 2008

Hilda...


Quien guarda siempre tiene, me decía mi madre. En noches de san Juan como esta, empiezo por recordar su sin fin de frases y fabulas, su lengua de lápiz dibujo recuerdos, su actitud terca pero dulce, sus manos fuertes que me hacen sentir seguro, su risa loca, sus chistes con esa gracia de madre, hoy en noches de san Juan, nació el embrujo que me parió, nació mi naturaleza madre, hoy te canto como saldando deudas, hoy te llevo en mi lengua de lápiz, hoy eres tu la musa que vuelco sobre el papel, hoy brindo por tus…no se cuantos años, porque para mi siempre has sido madre, eres la mujer que no tiene años, eres eso que uno quiere tener siempre, hoy ya viejo y hecho padre, brindo por tus años, hoy la noche de san Juan anda anunciando que ya nació Hilda…mi madre.

martes, junio 17, 2008

El cuento del cuervo y la princesa.


No recuerdo los hechos, olvido lo feo, culpable de mis culpas, jugando de jurado me sentencie a dos copas de más y a perder sin tregua lo más amado, que la noble estupidez pueda conseguir…algo así como un suspiro hecho carne y hueso, caderas y pechos, uy y esos rizos, si yo te hablara de esos rizos terminamos en batalla…compañero creo que ha llegado el momento de tomar mi vaso y seguir camino, mis recuerdos, sólo mios son y esto no entra en discusión, ni arrebatos. Si debo reconocer en esta temprana parte de la historia, que yo perdí esos rizos, esos pechos y esas caderas, de ahí que ya no tengo ni brújula ni ombligo, desde acá empezamos a terminar la historia, del cuervo y la princesa.

Primer Acto

El cuervo muestra sus plumas azules de azabache la princesa perdida entre las grises plumas de los retrasos de besos, de las pausas que dejan los suspiros, camina hacia las azules plumas de azabache, se deja llevar por un olor a ron, a entrega sin codicia, a besos que son delirios, se conmueve la princesa por la pobreza del abrazo y el cuervo mira al suelo, como pidiendo disculpas o clemencia, se olvidan de la naturaleza del cuervo y de la princesa.

Segundo Acto

El cuervo quisiera ser príncipe y la princesa un libre pájaro, el amor nos hace perder la cabeza y el reloj, la cordura y la calma, dejamos de observar y nos dejamos llevar mirando cosas, la princesa levanta sus plumas azules de azabache y el cuervo hecho príncipe se pierde buscando a su princesa, la incongruencia del amor, lo amargo del destino.

Tercer Acto.

El cuervo no supo ser príncipe y la princesa aún tiene corazón como para ser cuervo. Los dos perdidos de lo que aman y de lo que dejan, se besan como si fuera el ultimo día y me refiero al ultimo día…

Acto Final

La culebra del árbol ofrece manzanas!!! Grito el cuervo, la princesa sonrío tan sutilmente que el cuervo oyó una carcajada en el corazón, ahora solo se miran, como miraría una princesa a un cuervo y viceversa, no se oyeron palabras sino chillidos por parte del cuervo, no se oyeron mas que gritos por parte de la princesa, hoy el cuervo guía los pasos de la princesa y la princesa alumbra los ojos que le arrebató el cuervo.

martes, junio 03, 2008

Cosas de la casa.


El salero ausente en mi mesa, me grita desde la cocina, me grita sediento de la inmaculada sensación de desprecio, como si el desprecio se encerrara en granos de sal, él mar ausente de agua, la dulzura de la sopa, la simpleza a falta de él en la ensalada, así de rutinario se ha vuelto mi día, claro que mas simple que la ensalada, la ausencia de detalles se encierra hoy en mi salero, limitado siempre tras las rejas frente a ese enemigo que le endulza su virtud, se desliza ante el impenetrable extracto de flores que siguen al sol, se escapa de los hierros que destrozan lechugas, se vence ante la fría cualidad de la cuchara y se rinde en el rose de tus labios.

"...Entre yo y el delirio, la cordura es una pared".


La manzana y la abeja, la cordura y mi delirio, tus pasos, tus besos, tu risa y la ausencia, el zapallo y los porotos, Bukowski, Bertoni y Romonte, Rodrigo lira y mis suicidas, Lihn como un padre ausente, mi vacío y mis llantos, mis errores y tus lagrimas, el zapato y la corbata, mi bosque sin pájaros, los golpes que me guardo, el reloj de pulsera y el collar de nuestra suerte, tus cartas y mi suerte, tu cuerpo y mi cuerpo, tus besos y devuelta la ausencia, mi (b)vaso, mi mano, el cigarro, la radio, las nueces y tú ausencia.

Daniela Ausente


Ya van días sin ver tus grandes ojos, sin escuchar tu risa loca, los vasos lloran la ausencia de copas, la hora de la cena se ha vuelto ha guardar dentro de botellas, la ciudad parece un mundo, la casa un universo y la cama un desierto, no estas y pareciera como si yo tampoco existiera, creo que en estos momentos hasta la casa se sostiene en recuerdos, mi idiotez habitual me hace brindar con el vacío, tú no estas y yo hablo como si estuvieras.