jueves, junio 21, 2007

Tarde para ser poeta.


Llueve, que fácil de decir, pero llueve ya no solo dentro mío, ya ausente ha quedado la corbata y los zapatos, el paraguas ya lejano de mi lluvia y me querida vecina no me quiere hablar, el saludo me ha quitado, exiliado lejos de su abrigo…si bien debo confesar que soy culpable de todo lo que se diga, el arrepentimiento no es mi mejor amigo, aún a pesar de la falta de amor propio que me inunda, como la lluvia que hoy me trae de vuelta al bar…vuelve el frío viejo amigo, que me acoge como quien acoge al ausente, todo lo ausente vuelve con el frío y esta tos que no me deja disfrutar de mi cigarro con la calma de años atrás, al parecer estoy viejo ya para ser un poeta de alcohol y tabaco.

Un verso para Carolina


Te acuerdas de aquella plaza…
¿Te acuerdas?
Te acuerdas de aquel columpio…
¿Te acuerdas?
Te acuerdas de aquel beso…
¿Te acuerdas?
Yo recuerdo el frío,
Recuerdo como me temblaban las manos
Y me acuerdo de cómo me olvide del mundo entero
Con ese beso, en aquel columpio…
¿Te acuerdas?...

Niñita mal criada.


Y hoy que el recuerdo de tus zapatos se destiñe bajo la lluvia, hoy que me mandas mensajitos exigiendo cosas que con agrado cuide, hoy que te muestras como una niña mal criada, no me importa nada, ni tus zapatos, ni tus libros perdidos y tus mensajes son molestos, hoy que he borrado de mi lista tu teléfono, hoy que me arrepiento de lo sentido y me alegro por lo no vivido, llueve como para que sepas que hoy ya no me importa que el agua se lleve lo ultimo que guardo de ti…