La casa llena de cosas que faltan, tu última fantasía transformada en una pequeña tristeza que se vuelve diminutamente fascinante, como una droga que se te inyecta en las venas, una sensación de vacío y plenitud inquietante te muerde la oreja, se sienta en tu pecho. Las ventanas siguen sucias y es el último mes del verano, los tiempos se vuelven eternos, los grandes pasos quedabas hoy son pequeños y temblorosos y tú estas ahí, sentada como una niña, la casa se vuelve un fantasma, hoy tus manos frías sólo pueden tocar tu propio cuerpo y un recuerdo que inunda la casa con ausencias recorre los pasillos que escondes tras tu frente, el miedo se vuelve un sudor frío y húmedo, los besos que dejaste, tu cuerpo desnudo y solo sobre la cama, la mirada perdida en el techo, afuera los gritos te traen un recuerdo que hoy es un lejano dolor, los labios secos y el alma que te cuelga de un maldito hilo, amanece y tu sigues sin pestañar, es martes y buscas tu falda mas apretada, te miras al espejo, sonríes y te guiñas un ojo…esta noche todo cambiara.