Un par de pasos más y llegaba. ¡Anímate a seguir!, ¡no te rindas Ahora! Gritaban todos al verme pasar esporádicamente frente a ellos, aún así, se las arreglaban para tener un momento con el cual me pudieran gritar mirándome a los ojos ¡Tú, puedes!
¿Qué hace un hombre, cuando un vaso le gana en precio? Estas palabras ya pasadas, me volvían a cuestionar, palabras que se clavaban exigiendo repuestas, que buscaban un espacio libre donde poner la estocada entre sus gritos.
Y tú me gritabas muy despacio, parecía ser conciente, la mueca y el modo de modular cada letra, con la que me golpeabas la cara, como una cortante bofetada.
Tengo la calma de aquellos a quienes nadie espera…frases ya escritas volvían salir desde mi lápiz, por un momento pensé que mi vida pasaba por mis ojos mientras Sabina me invitaba a dejar pasar las horas.
¿Qué hace un hombre, cuando un vaso le gana en precio? Estas palabras ya pasadas, me volvían a cuestionar, palabras que se clavaban exigiendo repuestas, que buscaban un espacio libre donde poner la estocada entre sus gritos.
Y tú me gritabas muy despacio, parecía ser conciente, la mueca y el modo de modular cada letra, con la que me golpeabas la cara, como una cortante bofetada.
Tengo la calma de aquellos a quienes nadie espera…frases ya escritas volvían salir desde mi lápiz, por un momento pensé que mi vida pasaba por mis ojos mientras Sabina me invitaba a dejar pasar las horas.
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