viernes, octubre 20, 2006

Cuento del mal amor.


Juan no sabía cuantas margaritas podría sacar de aquel jardín de besos que con paciencia y esmero creo para ella en el patio trasero de su imaginación, Adelaida no sabía que flor merecía ser cortada...ambos eran vecinos y como tales se miraban, se amaban y se odiaban, uno por matar flores el otro por no apreciar el mejor ramo de la tarde que podía su cuerpo cargar, y así se acercan y se alejan y así ella llora por las noches por que el no la invita a su jardín y así el llora por que ella no aprecia cuando el le lleva todo su jardín a las puertas de su casa, incoherencias de la vida dirán algunos poetas culturales, pero yo digo que no es más que el triste desprecio cotidiano, ese que te hace cree que eres lo mejor para el otro y hace del otro lo por para ti o viceversa es triste no entender el pasado ni el presente y para que hablar de nuestro futuro y sabes que seré yo el que se preocupe de tu entierro y yo muero en paz sabiendo de tu preocupación y me encanta ver como mi fantasma te hace reír debajo del parrón, y aún a pesar de estar muerto sueño con tenerte en mis brazos y me llevan a juicio aquí entre los muertos por desear a los vivos y mi sentencia no podía ser más dulce…a 35 años más de vivo me sentenciaron cuando te encontré a mis 34 años, tú ya no me recordabas y tenías tu pequeño cuarto llenos de margaritas secas en floreros sin agua....

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