No me detendré ante el ojo ajeno y mediocre, de los suspiros cansados, de las sonrisas con malicia, no volveré a reír con noches asesinas, he de preferir el viento cortante y frió de la noche solitaria y curda, al estrecho espacio de tu abrazo, ese espacio que me hace creer que soy único, que soy grande, no caeré de nuevo con semblantes melódicos y tristes, desde hoy no aceptare palabrería barata de oficinas, ni miradas de envidia por lo nada que tengo, no he de permitir sacrificios autocomplacientes, prohibiré los clavos en las manos y en las puertas pondré domingos azules, lunes verdes y manos con cuerpos y llenos de risas. No tengo ni letras, ni palabras para hablar de esto, no me comprometo a ser mejor, por que me muero de miedo de no serlo.
miércoles, octubre 25, 2006
Suscribirse a:
Comentarios de la entrada (Atom)
No hay comentarios.:
Publicar un comentario