martes, octubre 28, 2008

Daniela Ausente


Tú no estas y yo sigo como si estuvieras, hablando con cojines, abrazando el secador, la ausencia abre la puerta de la locura o por lo menos nos muestra la ventana, de zapatos negros y traje de igual color, camisa blanca y una corbata que bien seria para un velorio, salgo de mi casa a eso de las 7:30 de la mañana, me pregunto si te veré cruzar veloz en un vagón del metro, es lunes y la saliva es amarga, el temblor entre las manos y las rodillas, tu ausencia provoca este letargo de miradas, camino mirando las fisuras del suelo que tantas veces transitamos juntos abrazados en la madrugada, hoy tu ausencia se ha vuelto tiempo, transito por tu ausencia mis cotidianos hechos, la falta de tus besos me borra la sonrisa, el saludo es seco, lleno de ausencias, por dentro los recuerdos me hacen reír a gritos, recibo tus feroces cartas y me llenan de aliento, aún recuerdas mi nombre, aún conservas mi dirección de correo, quizás aún conserves las llaves de esta casa, quizás un día de estos te animes a usarla, puede ser que mi verso sin copla, ni rima, te suene aún a canto, será quizás porque siempre que hable de ti me referiré a nosotros, Daniela eres el verso que transita desde las puntas de mis pies hasta la punta de mi boca, eres eso que se vuelve aliento, así lo lanzo feroz y dulce, como tus gritos de amor que lanzabas a los cuatro vientos.

1 comentario:

Luna dijo...

Sal a su encuentro, búscala, dile que la amas, 1,2,3.... infinitamente.No la pierdas.